Todo ser vivo tiene un movimiento de expansión y contracción. Las personas que están en expansión conectan más con la ira y la alegría, y las que están en contracción con el miedo y la tristeza. Escuchar estos movimientos internos, nos ayuda a entendernos mejor, y saber qué estamos eligiendo o permitiendo en nuestras vidas.
Cada movimiento y cada postura provoca la vivencia de una sensación diferente. Cuando cambia la postura a través del movimiento, la energía es diferente porque hace que los órganos, huesos y vísceras se organicen de manera diferente, y su estructura y funcionamiento sean diferentes.
A diferencia de los organismos más simples, que se auto-regulan, los seres humanos en numerosas ocasiones no estamos atentos a la sabiduría de nuestro cuerpo. Nos va lanzando señales de alerta, pero no las escuchamos, y al final se para como un coche al que se le encendió el piloto de reserva y pasó inadvertido. Es entonces, al no respetar la auto-regulación vital del cuerpo cuando buscamos el equilibrio de otra manera.
El Coaching en movimiento nos ayuda a liberar tensiones emocionales y mentales sedimentadas en el cuerpo, a las que no les hemos dado un espacio para ser escuchadas en el momento en el que se generaron. Asimismo nos ayuda a observar nuestro cuerpo, que nos hace de espejo y nos refleja claramente cómo somos y cuáles son nuestros patrones de respuesta habituales ante situaciones difíciles.